EL PATIO DE LAS PELOTAS PERDIDAS Autor: Alejandro Dolina
Los demonios ladrones andan merodeando cerca de las canchas. Cuando la
pelota se va lejos, la ocultan entre los yuyales o en las zanjas para que los
jugadores no puedan encontrarla. Ya en la noche, llevan las pelotas perdidas a
un patio secreto.
Los demonios realizan además acuerdos infames con vecinos chúcaros. Y en las
madrugadas recorren techos, canaletas y terrazas para comprobar su despojo.
Nadie lo sabe, pero en el patio están todas las pelotas perdidas: duras
reliquias con tiento, flamantes cueros profesionales, humildes “pulpos” de
goma, infames bolas de plástico que doblan en el aire, ásperas veteranas que
han conocido mil costurones.
Un día entre los días vendrá del sur un duende bienhechor que ha de sacar
las pelotas cautivas para devolverlas a sus dueños Y todos sentirán la emoción
de revivir viejos piques olvidados.